jueves, 10 de marzo de 2011

Breve descripción de la ética de un Ásatrúar sobre la naturaleza y el mundo que lo rodea.





La palabra “Ásatrú” quiere decir “El que tiene fe en los dioses Aesir” y es el culto por excelencia germánico. Es una religión de miles de años de antigüedad, teniendo una trascendencia no reconocida muy larga, rica e importante. Siendo esta el culto nativo de los países del norte de Europa fue arrasada por la ola de cristianización imponente y voraz.

La historia la escriben los que ganan las guerras y en este caso el Ásatrúismo fue arrasado y borrado de la faz de la tierra por la religión Judeocristiana que ocupó su lugar entre las gentes del norte. Los sacerdotes y misioneros se ocuparon de encontrar al diablo y todos sus demonios en cada representación de Odin o Thor y a quemar por herejes a cada persona que se rehusara a creer en el Dios Cristiano. De esta manera fue muy difícil para esta antigua religión soportar el constante acoso del mundo Cristiano que se les venía encima duro e implacable. De todos modos algo se pude recuperar de ella en antiguos manuscritos guardados desde tiempos inmemoriales y por eso hoy en día se está haciendo el esfuerzo de recuperar estas creencias, las cuales creemos, es el mejor medio para poder vivir y afrontar al mundo que  se desborona ante nuestros pies.

Con este recuento histórico no pretendo atacar a la religión Cristiana, la respeto como a cualquier otra, sólo pretendo recordar los acontecimientos acontecidos para poder darnos un contexto mejor.

Yo como una Ásatrúar veo al mundo y lo comprendo desde los valores éticos que me dan mis creencias y estoy de acuerdo con ellas, de todos modos no es una creencia ciega y puedo refutar de ella, tengo el beneficio de la duda. Nunca estoy obligado a nada y yo interpreto las tradiciones y los cultos, incluso los mismos dioses, a mi manera, claro, de todos modos sigo ciertos patrones, pero tengo la libertad de interpretarlos, nunca habrá un sujeto que pueda guitar mi creencia hacia un lugar óptimo. Soy yo el que tengo que tener la responsabilidad y la claridad para poder llevarla al mejor lugar en el cual pueda estar. Nunca podremos decir “Este es el camino correcto a los dioses”

Esta religión también puede ser catalogada como una filosofía, porque aún así no se siga la creencia de los dioses como entes tangibles en la naturaleza, creo que se debería aplicar su manera de concebir al mundo, de sustentarlo y de relacionarse con él. Este culto generalmente está relacionado con la cultura Vikinga, pero es erróneo decir que fueron sus únicos exponentes, tan solo fueron los más famosos. Todo el norte de Europa, Rusia, y la región de los Francos (es decir Francia) también tenía esta religión como su culto Nativo, claro, tenían pequeñas diferencias, como los griegos y los romanos, pero la esencia era la misma. Todos los pueblos Sajones y celtas compartían esta creencia.

Un Ásatrúar tiene una comunicación con los dioses muy grande y con toda la naturaleza que lo rodea ya que ellos son nuestros más viejos ancestros y les debemos la sabiduría que hemos adquirido a lo largo de los tiempos y debemos honrarlos por ello. De todos modos no es una relación de opresión, ellos están a nuestro mismo nivel, son nuestra familia, son antepasados, son mortales, de una vida finita, cometen errores, no son perfectos, ni omnipotentes, ni omnipresentes y mucho menos omnisapientes. Es una religión más orgánica y he aquí uno de mis discrepancias más grandes con el dios Judeocristiano, la cual hago con mucho respeto, pero no creo que un dios como el que ellos describen sea posible, de lo hermoso que es el error nace la belleza de la corrección y ese es un dios incorregible, que lo sabe todo, no hay nada de bello en eso, lo único que genera es una relación de opresión con sus seguidores.

Es difícil para mi describir algo que tengo tan en mi interior y que siento tan fuerte en mi ya que creo que me quedo corto en la descripción, pero los dioses de todos modos me inspiran para hacer cada acto de mi vida, como este. Los dioses son representaciones de fuerzas naturales o ideales a los cuales aspiramos, por ejemplo Niord es el dios de los mares y las ventiscas y Tyr es el dios del coraje, de la valentía. Intentamos en cada especto de nuestras vidas seguir estos ideales y respetar estos fenómenos, que son el legado de los dioses. Por nuestras venas siempre correrá la sangre de los dioses que estarán ahí para ayudarnos, como unos padres a sus hijos.

Como ya mencioné antes los dioses son una representación de la naturaleza, que es una fuerza mayor en esta cultura. Todo está involucrado con la mis y gira en torno a ella. Hay tres grandes fuerzas en el universo: La naturaleza, el Destino y los Dioses que se relacionan entre si manteniendo un equilibro y nosotros hacemos parte de ese balance.

Aunque los dioses sean una de las tres grandes fuerzas las más poderosas son el destino y la naturaleza porque ni siquiera los dioses pueden escapar a ellas, todo dios es mortal y tiene sellada su muerte en su destino, además no hay nada más natural que la muerte. Es una religión orgánica y por lo tanto su ética está estrechamente relacionada con esa fuerza superior que es la naturaleza, que de cierta forma es un ente vivo.

Tenemos que estar en contacto con la naturaleza ya que de ella sacamos todos los recursos para nuestra supervivencia y por esto le deben agradecer y más importante aún, la debemos honrar. Toda esta creencia se basa en la figura imponente del árbol, creemos con en él se encuentra todo y que es la figura perfecta para representar el poder de lo natural. El árbol contiene los cuatro elementos en él, se alimenta de agua y vive gracias a ella, está plantado en la tierra y sus raíces crecen en ella, el viento juguetea con sus hojas y hace que las semillas vuelen y planten nuevos árboles y por último tiene en su interior un gran poder que es expresado por el fuego que emana de él.

Contiene los elementos primordiales en él, además de ser fuerte, ¿nunca han oído el dicho “duro como un roble”? Pues bueno, es totalmente verídico. Además de ser fuertes son sabios, se detienen varias eternidades a escuchar con atención todo lo que ocurre al lado de ellos, pocos seres se dan el privilegio de tener la paciencia y sabiduría de un árbol. Casi ningún otro ser puede albergar tanta vida como ellos.

El mito de creación de la religión Ásatrú involucra un árbol, un gran fresno llamado Yggdrasil, el cual crece en una planicie gélida y olvidada. El gran fresno crece y crece hasta alcanzar dimensiones colosales, tan grandes que de sus raíces surgen mundos en los cuales los grandes gigantes del fuego pueden vivir, donde los grandes gigantes del hielo también pueden hacerlo; toda criatura: enanos, hadas, duendes, gnomos, elfos, gigantes, etc. Pueden vivir en 7 mundos creados en las raíces del gran fresno. Los dioses viven en este mismo árbol, pero en las copas, viven entre las frondosas ramas de las tierras altas (Asgard) y nosotros con todo el resto de los animales vivimos en la mitad, dond el árbol encuentra el suelo, un lugar llamado Midgard, que traduce tierra del medio.

En fin, todo esto fue para mostrarles que este culto gira alrededor de lo natural, incluso en el mito de la creación de la humanidad Odin, dios padre de todos los Aesir hace al hombre y a la mujer a partir de dos tipos de árboles a los cuales les da vida para que protejan a la naturaleza y a las grandes fuerzas que nos rigen. El problema es que hemos dejado atrás todos estos tipos de cultos, nos hemos concentrado en abarcar ya  dominar todo lo que podemos, realmente nunca pensamos que cualquier otro animal puede ser nuestro igual, y eso, realmente es triste. Tenemos, por muy retrograda que sea, volver a este tipo de pensamientos en los cuales podemos aprender a tener in vínculo sagrado y armonioso con la naturaleza. Tenemos que entender que no somos el único ente con el poder de gobernar al resto, debemos incluso aprender a vivir entre nosotros con honor y lealtad. Tenemos que asumir el mundo en el que vivimos con responsabilidad y tenemos que asumir los asares del destino con valor y enjundia sin reproches, afrontar donde estamos parados como un guerrero tiene que asumir su muerte.

En estos momentos estamos viviendo una lucha gigantesca en contra de nosotros mismos, como alguien alguna vez dijo: “somos ignorantes de nuestra propia ignorancia” y tenemos que arreglar eso, tenemos que dejar que las cosas pasen de esta manera, tenemos que crear una revolución en la cual miremos nuestro entorno y descubramos que dependemos de él tanto como cualquier ser viviente y que es egoísta pelear por él solo por nuestra especie, tenemos que darnos cuenta que hemos llegado a un punto tan consumista que deterioramos nuestro medio ambiente a tal punto que sólo nosotros podemos revertirlo. Tenemos que asumir responsabilidades y cartas en el asunto.

Por todo esto creo que el Ásatrú debe ser tomado más en cuenta y no debería de estar dejado en el olvido como permaneció tantos años, y no estoy tratando de vender mi religión, estoy intentando hacer que nos concienciemos acerca de todo esto y propongo el este culto como una posibilidad, pero imagino que el Sintoísmo también puede ser una manera de abordar el asunto. Le propongo a usted, lector, que piense en cómo es su relación con la naturaleza y que tome cartas en el asunto, no lo invito a unirse a ningún culto, pero sí puede aceptar la corriente filosófica de este y cambiar el lugar donde vivimos.

A fin de cuentas, un Ásatrúar verá en la naturaleza a sus dioses y vera en ella una fuerza más grande que cualquier cosa conocida por el hombre. Hará la naturaleza su hogar y cuidará de ella lo mejor posible ya que cada árbol es sagrado, peleará hasta la muerte por su honor, su dignidad y por lealtad que le tiene a sus iguales. Lo más importante de todo es que un Ásatrúar comprenderá que la naturaleza es de donde él viene, que él es un ser orgánico que proviene de esa gran madre, por eso la respeta tanto, la protege e intenta cambiar a aquellas personas que no se preocupan por ella.


Johan albertsen

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